Noches de Netflix y rock. Tardes de entre relajado y ocupado. Mañanas de dejarse llevar y acabar. Madrugadas solamente oscuras.
Baldosas de acera que pasan de dos en dos, suben y bajan, también giran. Tiempo. Calor y frío. Horas, minutos y segundos… el vértigo y la velocidad que acompañan el movimiento.
Lenguas e idiomas, idiomas y lenguas. Todo bajo la gran aceleración y todo mejor que en durante el confort.
Ya no estoy ahí, he salido… avisadme si veis que estoy volviendo, es una zona peligrosa. No dudéis…